Por más de 12 años, he estado sentada del otro lado del escritorio, realizando exámenes, entregando resultados, explicando en qué consiste una pérdida auditiva, que tan grave podría ser y qué dificultades se pueden presentar a nivel comunicativo en los pacientes que dejen pasar el tiempo sin tomar la decisión de adaptarse audífonos medicados. En todo este tiempo, he visto pacientes que aceptan fácilmente que ya no escuchan, y que entienden que la pérdida auditiva es consecuencia del paso del tiempo y de factores como la exposición al ruido, la hipertensión, diabetes, niveles altos de colesterol, etc; pero he visto también, personas que no lo reconocen, ya sea porque no quieren ver que su familia si tenía razón, por que el volumen alto de la televisión siempre era tema de discusión, porque no se ha contemplado una suma de dinero para invertir en dos aparatos para sus oídos, por que no quieren que les digan sordos o simplemente, porque no quieren comenzar a presentar tutelas para que la EPS se los entregue.
Bueno, pues desde este lado es relativamente sencillo verlo, bien dicen que desde la barrera los toros se ven mejor, pero cuando tienes que pensar en que tu padre necesita una ayuda auditiva, no sabes cómo lo va a tomar ni cómo le vas a explicar todo eso que para ti en particular es sencillo, pero que para ellos es un tema que genera un sinfín de preguntas. Bueno, pues aquí quiero contar mi historia personal. He trabajado en la adaptación de auxiliares auditivos en personas que han sido diagnosticadas con una Hipoacusia, que es la palabra con la que conocemos a la pérdida auditiva. Lo primero que deberíamos tener en cuenta es eso, acudir con un profesional que esté formado para determinar cuánto escucha, cuánto entiende y cuánto puede molestar un sonido fuerte. Éste profesional se llama Audiólogo, y es la persona más preparada para hacer los estudios conocidos como Audiometría, Logoaudiometría y pruebas para determinar el umbral de molestia. Estos estudios no requieren una preparación previa, se pueden hacer a cualquier hora del día, no necesita ir en ayunas, no generan dolor, y no se tardaran más de una hora. Se podrán realizar siempre y cuando en sus oídos, no haya presencia de cera, en caso de que su conducto la tenga, aunque es normal tenerla, no es bueno que esté en exceso, por la fiabilidad del resultado en dichas pruebas. Una vez que tengamos los resultados, sabremos si tenemos una pérdida en uno o en los dos oídos y el grado de la severidad de ésta. Desafortunadamente en pleno siglo XXI, no tenemos una pastilla, píldora o cirugía que pueda corregir el oído para que funcione perfectamente, es por esto que la solución en muchos casos, es la adaptación de esos aparatos. Como buena profesional le recomendé a mi papá realizarse una audiometría una vez al año para ir monitoreando el comportamiento de sus oídos y él así lo hizo, hace casi un año me enseñó el resultado y éste indicaba que ya era necesario la adaptación de un audífono. Explicarle requirió de paciencia, tenía que decirle que como es normal, todo empieza a fallar y que el oído no es la excepción, le dije que era importante adaptarlo pues el oído necesita estar estimulado, así como nos ponemos lentes y es algo común, ahora su oído necesitaba una ayuda para escuchar más y entender mejor. Tuve que explicarle que los audífonos ahora no son esos grandes, pesados, feos y beige que se veían hace unos años, la tecnología también avanzó en esta área y ahora encontramos diferentes tamaño y colores. Son como celulares, los más básicos con pantalla a blanco y negro pero que nos dejan hablar y enviar mensajes o como un Smartphone que me deja hacer muchas más cosas, pero al final también me permite llamar y enviar mensajes. Aunque suene muy básica la explicación así es, al escoger un auxiliar auditivo nos hablan de uno o de varios millones de pesos, pero si los vemos son tan parecidos que no es fácil entender cuál es la diferencia y les contaré, que la principal diferencia es la posibilidad de tener un sonido más nítido, más natural, con opciones de subir y bajar el volumen, de entender más en ambientes ruidosos, podrán activar memorias para estar cómodos viendo la televisión, en la iglesia, en el restaurante, el profesional podrá realizar ajustes más precisos ante algunos sonidos incómodos como los de los carros pitando en la calle o el sonido de la licuadora, eso hace que aumente el costo. Después de explicarle todo esto, decidimos probarlo una semana para que viviera, sintiera, escuchara y evaluará la experiencia de adaptarse un auxiliar auditivo, que además de ayudarle a escuchar y a entender, por fortuna disminuyera considerablemente el sonidito (Acúfeno) que ha tenido desde hace un par de años y que aparece cuando se va a dormir y todo está en silencio. Ya casi cumple un año desde que se adaptó el auxiliar, y con apoyo de mi mamá puede cambiar la pila, limpiarlo para que no se llene de cera y se obstruya el paso del sonido, colocárselo en las mañanas después de su baño diario y retirárselo para dormir.
Mi consejo para cada uno de ustedes que está pensando en la posibilidad de adaptarse sus audífonos, es que acudan con un profesional que no solo esté pensando en dinero ni en venderte la tecnología más cara. Es muy importante que acudan con un profesional que tenga en cuenta el resultado de sus estudios, para así decidir si lo necesita en uno o en los dos oídos, y que escuche atentamente sus necesidades auditivas, cuales son sus hobbies, sus actividades diarias, si son muy activos a nivel laboral, social, educativo, si están en contacto con muchas personas todo los días, si les gusta ir a la iglesia, si se ven con sus amigos a jugar cartas o a tejer, con sus amigas de siempre, si usan muy bien el celular, si tienen habilidad de manejar objetos pequeños o no, pues es ahí realmente, cuando podemos determinar que tecnología se ajusta a sus necesidades y expectativas. No siempre el más caro o el más económico, es el indicado.

Claudia Marcela Gutierrez M., egresada como Fonoaudióloga de la Universidad Manuela Beltrán en el año 2000 con especialización en Audiología en la Universidad Iberoamericana en el año 2008. Su especialidad destaca con la experiencia y amplio conocimiento en pacientes con pérdida auditiva desde recién nacidos, niños, jóvenes y adultos mayores, así como la evaluación, diagnóstico, selección y adaptación de auxiliares auditivos. Actualmente se desempeña como Formadora del personal técnico en el área de audiología básica, para la selección y adaptación de auxiliares auditivos en Ciudad de México.